Situado al norte de la provincia de Málaga, cerca del límite con Sevilla, Alameda se extiende en un llano entre olivares y campos que conforman el corazón de su paisaje. Este pueblo sereno y acogedor esconde una gran riqueza histórica y natural que cautiva a quienes lo visitan.
Uno de sus rincones más emblemáticos es el sepulcro de José María “El Tempranillo”, el célebre bandolero andaluz del siglo XIX, que encontró aquí su final y cuyo descanso eterno recuerda las leyendas del bandolerismo romántico. También destaca la Laguna de la Ratosa, un paraje natural protegido, ideal para desconectar y contemplar la biodiversidad en plena calma.
Los primeros vestigios de Alameda se remontan al Neolítico, con evidencias también de un asentamiento íbero que llegó a ser destruido por sus propios habitantes en señal de lealtad a Cartago durante la Segunda Guerra Púnica.
En época romana, su situación estratégica en la confluencia de tres importantes calzadas de la Bética (Malaca, Hispalis y Corduba) le dio gran relevancia. De ese periodo aún se conservan las Termas Romanas, joya patrimonial visible en pleno centro del pueblo. La vía romana aún atraviesa el casco urbano, desde la Plaza de España hasta la Plaza de Andalucía.
Durante la dominación árabe apenas se conocen datos, aunque se hallaron algunos restos visigodos. No será hasta el siglo XVI, bajo el Marquesado de Estepa, cuando el pueblo vuelve a cobrar vida. A su amparo se erige la Iglesia de la Purísima Concepción (1696), en torno a la cual comienza a formarse la actual Alameda.
En el siglo XIX, Alameda adquiere más notoriedad, primero al constituirse como municipio independiente en 1848 y luego como escenario de historias de bandoleros. Aquí murió “El Tempranillo”, tras recibir el indulto del rey Fernando VII y convertirse en perseguidor de otros bandoleros.
Durante la Guerra Civil, el pueblo fue leal a la República durante un mes antes de ser tomado por las tropas sublevadas. Hoy, una placa en la Plaza de Andalucía conmemora la historia del primer ayuntamiento republicano de 1931.
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